Carmen en el país de las maravillas

Fotografías: © Carmen Rubio Ortells

Hacia tiempo que no veía a mi amiga Carmen,es una chica mas bien tímida y pasa desapercibida en la multitud,recuerdo una foto de un conejo metido en una jaula cuando coincidíamos en el primero en la clase de revelado de blanco y negro,y me gusto mucho,después por curiosidad mire que usaba una cámara réflex de plástico con un objetivo de pésima calidad,después se compro una Canon 20D de segundamano y lo ha utilizado hasta ahora,los medios no es un impedimento para ella,porque sabe contar historias,y la profesión de fotógrafo se trata de esto.


Fotografías: © Carmen Rubio Ortells

Leí un libro de un autor muy famoso chino,decía cuando cursaba estudios en la universidad de UCLA,en el departamento de cine y producción,el primer día de clase de guiones,el profesor con aspecto de un fantasma desgraciado les gritaba con fuerza los siguientes frases " Las personas no han pagado para ver una película para descubrió que son mas felices que ellos,quieren ver desgracia sufrimiento o cualquier cosa que se les ocurra de la manera mas trágica y dramático" y empezó a presionar a los asistentes a inventar una historia macabra en situ,en esta primera clase salió guiones con un contenido no apto para menores de 8 años,con infidelidades, asesinatos, violencia callejera, asalto armado o inducidos por extraterrestres y toda serie de historia oscuras,todos consiguieron arrancar una sonrisa de búho del dicho profesor.


Fotografías: © Carmen Rubio Ortells

Las historias con un final feliz son bonitos y baratos,solo están en los cuentos infantiles,aunque si revisas bien,muchos cuentos infantiles clásicos de toda la vida son terroríficas y escalofriantes,empezando con la capelucita roja,en la escena del trágico encuentro con su falsa abuela lobezno,el dialogo que mantuvo deben de clasificarlo como no apta para menores," abuela porque tienes la boca tan grande? para comerte mejor " dices santo Dios,en el cuento de los hermanos Grimm de Hansel y Gretel,la bruja malvada le cebaba a su hermana para hacer luego un buen cocido madrileño,no se si los niños de antaño tienen los nervios tan fuertes,o nos hemos hecho blandengues,las historias infantiles aparentemente inofensivos están escondidos escenas y momentos de alta tensión y peligro con un final sangriento y macabro,y no son mejores que los capítulos de Rasca y Pica en la serie de los Simpsons.

Como dice Carmen “The dark side of the rainbow” recrea un universo de oscuridad inocente, malévola e infantil en el que aparentemente nada pasa pero todo puede estar a punto de pasar. No es un cuento para niños pero tampoco lo es para adultos. Una mirada gótica a la fantasía de los cuentos de hadas que habla sobre la posición de riesgo, el peligro, que implica ser un niño.

Su estética me recuerda mucho a "Un perro andaluz" de Buñuel,esa mezcla de surrealismo y pesadilla infantil,con un riesgo inminente,sonrisas que se mezclan con el silbido de los trenes acercandose,peligros desconocidos y mortales,un sueño profundo de verano que no consigues despertarte con sudor en la frente, como en la película " La noche del cazador " los niños escapando de la persecución de un loco homicida religioso,aparentemente sin esperanza de escaparse como una pesadilla que no acaba nunca.


Fotografías: © Carmen Rubio Ortells

Los cuentos infantiles se enmascaran una realidad mas cruel y dura de lo que esperábamos,muchas veces la endulzamos con algo para suavizar y es un arma de doble filo para asustar a los niños y son muy poco educativos. En mis tiempos de tierna infancia,las noches de verano,aterrorizados de las historias que cuentan los adultos sobre fantasmas y monstruos del río,me mantenía despierto durante mucho tiempo por los continuos sonidos de la noche,no podía dejar de pensar el ello,ni me atrevía a cambiarme de postura con el temor de encontrarme con algo desconocido que me esta esperando,son traumas infantiles que después no se borran nunca,por eso aunque me gusta la estética del cine de terror oriental,pero jamas me ha atrevido a ver ninguna,por la simple razón que después me cagare en lo pantalones.