miércoles, 16 de junio de 2010

El callejón de las Orquídeas















Me queda solo pocos días mas en Valencia,y el día 23 me voy otra vez de viaje a China,no pienso ir a ver la Expo de Shanghai,aunque muchos me han insistido,pero mi tiempo es muy ajustado a pesar de contar con casi 3 meses de duración,pero para la realización de un proyecto que solo cuento con una esquema básica y un guión mas o menos inestable,se necesita bastante tiempo para poder sacar la conclusión final,y esto hasta que no estés en el lugar adecuado,y sientes las posibilidades de actuación,es difícil de tenerlo atado todo.

En mi anterior trabajo sobre China," el pequeño puente sobre el río " hay matices de autobiografía y un reencuentro con el ambiente que me hacia sentir familiar y incomodo a la vez,era un trabajo nostálgico y un punto final a una etapa de mi vida,me dejaba libre para poder hacer otras cosas,sin sentir la deuda personal con mis raíces.

Por eso pude empezar a hacer " El callejón de las orquídeas ", es un trabajo que se realizará principalmente en la ciudad de Suzhou, capital de la provincia de Jiangsu, situada al sur de China, con 8 millones de habitantes y 8488 kilómetros cuadrados de superficie y con una antigüedad en los registros de más de 4000 años. Es considerada como la versión oriental de Venecia por sus innumerables canales que serpentean la ciudad y sus pequeños puentes de piedra caliza que unen las calles peatonales. Ha sido históricamente considerada como el paraíso terrenal por sus paisajes y la abundante producción de arroz y la pesca, también por sus jardines clásicos que representan la cumbre de la arquitectura tradicional. Es el centro cultural indiscutible de la antigua China meridional, al que los artistas y poetas clásicos miles de veces han eludido en sus obras,y hoy en día forma parte de la cultura popular el mito de la ciudad de Suzhou.

Suzhou, como otras ciudades del sur, es muy famosa por sus callejones en los barrios viejos. Miles de años de historia han contribuido a que las leyendas urbanas y cuentos fantásticos sobre estos lugares se revistieran de un aura de misterio. En la mayoría de las ciudades de China, los barrios antiguos están considerados como un símbolo de pobreza y fracaso social,y no como patrimonio cultural, y frecuentemente están siendo destruidos sistemáticamente por las necesidades de la nueva urbanización y el deseado progreso económico, haciendo que muchos de estos lugares se estén transformando en leyendas de la verdad que sólo han perdurado en los recuerdos de la gente y algún día se desvanecería como si nada hubiera ocurrido.

No soy un nostálgico ni pretendo hacer un documental sobre estos callejones. Este trabajo ya lo está haciendo mucha gente partiendo de una conciencia más social y luchadora, sin embargo, mi intención es contar un pequeño cuento, una pequeña historia sobre estos lugares, que están íntimamente relacionados con los hechos e historias que se cuentan boca a boca, generación tras generación, aquellas historias fantásticas e mitológicas del pasado, de lo que fueron en sus años de gloria y esplendor. Así pues, este proyecto contará una historia ficticia sobre mi imaginación de la historia de los callejones que circulan por esa ciudad, de lo que fue en su día y de lo que hoy día aún pretende ser.

El callejón de las Orquídeas es una calle que hoy en día está prácticamente rodeada de casas en pleno derrumbe y basura doméstica, en verano el hedor es tan fuerte que los habitantes de esta calle no han dejado de levantar quejas repetitivamente y las ventanas normalmente están cerradas cuando el sol está en su apogeo, pero tiene un bonito nombre. Busqué información sobre ella y no sé por qué no me sorprendió nada e incluso me emocioné cuando supe que esa calle junto a las otras dos, llamadas el callejón de Las Flores y el callejón de Los Sauces respectivamente, formaban el triángulo del famoso barrio de prostitutas y clubes selectos en el año 1200, justo el momento antes de la decadencia de la dinastía Song debido a las conquistas del Gengiskan . Era el lugar de "peregrinación" de todos los poetas y pintores de toda la nación, donde las velas nuncan se apagaban y las melodías nunca se dejaban de oír, donde el vino nunca se agotaba y los banquetes celebrándose eternamente. Era un sueño de lujuria infinita, y de allí venían los nombres de flor y sauce, que eran términos que se usaban entonces para denominar a los prostíbulos. El callejón de las Orquídeas estaba situado estratégicamente en medio de este lugar y a dos calles estaba el antiguo edificio de la Casa del Alcalde de la dinastía Qing en el del año 1636.

En este proyecto, se contará una historia imaginaria sobre aquellos callejones y el viejo barrio de la ciudad de Suzhou, donde el calor y la humedad asfixiante de verano produce pesadillas sudorosas en medio de la noche con cantos de grillos de fondo, ríos interminables y repugnantes como el propio sudor. Los puentes de piedra caliza son guardianes de secretos olvidados en la historia, el misterio y el suspense se apoderan de uno cuando está en medio camino del puente y el río oscuro bajo los pies, provocando impresiones o visiones difíciles de definir. Será un cuento psicológico de las experiencias en un verano caluroso y denso cuando la mente de uno empieza a perder la claridad y la noción del tiempo y espacio, pues a partir de allí es cuando empezará la historia del callejón de las Orquídeas.

6 comentarios:

  1. Hola Yu,

    Sabía que estabas preparando un nuevo proyecto, pero no sabía sobre qué. Me gusta el planteamiento que haces, me gusta por lo concreto y directo que es, aunque seguro que detrás habrá mucho trabajo.

    Suzhou es una ciudad magnífica para fotografiar y es una de las ciudades que más me gustó en China. Muy cerca de las super-masificadas calles comerciales, están, para quién quiera y se atreva a pasearlas, algunas de las calles más bonitas y familiares que encontramos en China. No son peligrosas en absoluto, pero no es el tipo de calle para turistas. Hice muchas fotos, la gente es muy cercana (incluso con los "narizotas") y no está tan teatralizada como otros sitios que lamentablemente se van occidentalizando. La gente se la veía más feliz, lejos del ruido y la policía y el estrés que invade toda la ciudad (coger un taxi en Suzhou fue una de la experiencias de mayor riesgo de mi vida...!).

    Recuerdo también la cantidad de lagos y jardines que hay... y el calor. Mucho, mucho calor en agosto. No es broma, ve preparado!

    Me alegra mucho que hagas este proyecto. Suerte.

    ResponderEliminar
  2. Como has estado en la misma ciudad y lo has experimentado en tus propias carnes la atmósfera de Suzhou,entenderás mas que nadie mi proyecto,no me gusta expresar las ideas de manera excesivamente directa,siempre escondo algo detrás de lo aparentemente sencillo y directo,siempre hay una doble intencionalidad detrás,en este caso,aprovecho la situación para expresar mi furia y decepción sobre la sociedad China actual,de sus injusticias y decadencia moral en un mundo cada vez mas materialista y la perdida de fe en los valores humanos.

    ResponderEliminar
  3. es un país maravilloso, su pueblo también lo es (y su gastronomía...). Me sorprendió lo latente que está el poder (mejor dicho, el abuso de poder) y la sumisión al mismo en muchos casos. Me dolió ver cómo ciudades como Nanjing, antigua capital del país (por cierto, no muy lejos de Suzhou) se des-culturizan a una velocidad asombrosa, los grandes centros comerciales lo invaden todo y parece que los jóvenes ansían ese consumismo del que tanto tiempo estuvieron privados. Pero, bien pensado ¿qué país se libra hoy de esto?

    ResponderEliminar
  4. No sé si fuiste finalmente a la Expo de Shanghai, pero si no lo hiciste, enhorabuena. Yo viví durante 5 meses este año en Shanghai, y sufrí todas las consecuencias de un evento de tal magnitud. Todo se volvía en contra de la calidad de vida de un poblador de esta macropolis. Al menos esa era mi visión. Probablemente un shanghainés nunca diría algo semejante, su punto de vista sería la de 'la ciudad está más bonita, vienen más visitantes, voy a hacer más dinero'.

    Finalmente, en la última semana de apertura de la Expo accedí ir a ella, por acompañar a una amiga que venía desde Beijing. Nada especial, nada que me sorprendiese, nada nuevo, nada de nada. Muchedumbre, cemento, luces, horas de caminar entre bloques artificiales que pronto serán derruídos si ya no lo han hecho.

    Por cierto, leer tu blog entretiene y relaja a uno. Gracias por tu tiempo invertido.

    Salud!

    Litji

    ResponderEliminar
  5. Pocas veces otro chino lee mi blog,al final no fui a la expo de Shanghai,lo evitaba a toda costa.

    ResponderEliminar